Han pasado ya 22 años del macabro asesinato de Miguel Ángel Blanco por parte de la banda separatista ETA.
Una ejecución anunciada que movilizó a todo el pueblo español que tomó las calles, perdió el miedo y clamó venganza. Pero una vez más este sistema antiespañol que padecemos mediante sus políticos y sus grandes medios de comunicación recondujo la sana ira hacia la tibieza y las manos blancas.
Hoy 22 años después, los asesinos y sus herederos están en las instituciones, gobiernan o deciden gobiernos -incluso el de la nación-, son las «estrellas invitadas» en las manifestaciones del separatismo catalán, se les blanquea en los medios, son «hombres de paz» para algunos dirigentes socialistas, se les realizan masajes televisivos hasta en la misma TVE,…
Por todo ello, seguimos enfrentándonos tanto a los asesinos, como a sus amigos pero también a todo un sistema que es cómplice. No podemos permitir que la barbarie que ha sufrido España y el sufrimiento directo de tantas y tantas víctimas sean olvidados y sus asesinos blanqueados, por mucho que todo el aparato político y mediático lo intente.
Sin duda es necesario y urgente, acabar con este Sistema antes que este Sistema acabe con España.