Partiendo de la base que me da igual que gobierne el ala derecha del sistema que su versión de izquierdas o que lo haga la de centro, ya que España está como está no por culpa de un partido o una secta política determinada del régimen, sino por todo el régimen, y que en España, en sus comunidades autónomas y en sus ayuntamientos ya han gobernado los últimos cuarenta y tantos años la derecha, la izquierda, el centro y sus compañeros de cama los separatistas, y cada vez estamos peor…
Dejando clara esta premisa inicial, supongo que al final el PP, con apoyo de sus esquejes naranja y verde, gobernará en Madrid, Murcia y otros gobiernos autonómicos donde aún no se ha formado gobierno, bien en primeras o segundas votaciones de investidura según el caso, o bien tras permitir que gobierne la izquierda temporalmente, tras una moción de censura o bien convocándose nuevas elecciones. Todas estas posibilidades, y alguna más, se han hablado ya en las mesas de negociaciones entre el Partido Popular, Ciudadanos y el PP verde, y lo tienen todo planeado desde hace tiempo y las opiniones de los españoles, incluidos sus propios votantes, se la refanfinfla.
He comentado en infinidad de ocasiones que en España rige el monopartidismo, hasta hace unos años vestido de bipartidismo con complicidad con los separatistas, y ahora vestido de pentapartidismo con el mismo peso, o más aún, de los separatistas. Últimamente el sistema ha incluido en el tablero otras fichas, moradas, naranjas y verdes, para conseguir que se siga jugando al mismo juego y que ganen siempre los mismos. Y estas nuevas fichas, unas veces de frente y otras veces por la espalda, están consiguiendo que gobiernen de nuevo las fichas antiguas, la roja o lo azulita, porque para eso han sido creadas y financiadas, y para eso los medios de comunicación les han dado bola, unas veces elogiándolas y otras criticándolas incluso insultándolas, pero siempre dándoles una visibilidad exagerada que les ha hecho crecer y asentarse en el sistema, visibilidad que nos niegan a los que de verdad nos enfrentamos a este sistema.
Tras las últimas elecciones de abril y mayo no está cambiando nada en España a mejor, al contrario, todo está yendo a peor, pero ahora con falsos ruidos de “regeneración política” cuando lo que es en realidad es degeneración política, aún más si cabe, para que el pueblo crea que hay solución al sistema dentro del propio sistema, lo que ralentiza aún más el salir de la cueva.
Para muestra un botón, en el Ayuntamiento de Madrid, capital de España y espejo de muchas cosas de toda la nación (por eso ha ocurrido este fin de semana pasado precisamente en Madrid todo lo que ha ocurrido), está gobernando el PP con el apoyo de Ciudadanos y Vox, y allí ha estado estas últimas semanas colgado el trapo de colorines igual que como cuando gobernaba Carmena. El sábado en las calles de Madrid, bueno, el sábado y toda la semana y en algunos sitios de la ciudad desde primeros de junio, se ha permitido un aquelarre multitudinario con todo tipo de comportamientos, no sólo repugnantes, sino delictivos en la vía pública y se ha hecho con el apoyo y financiación institucional del gobierno municipal madrileño que está ahí con el apoyo de Vox.
Y Vox sabía perfectamente tanto que el trapo multicolor “adornaría” la fachada del Ayuntamiento, como lo que ocurriría en el repugnante y delictivo aquelarre del sábado, y aún así puso de alcalde a Martínez Almeida. Por eso Vox más tarde o más temprano gobernará, pese a los insultos pactados, con el Partido Popular y con los chicos de los recados de Bilderberg, es decir, Rivera y Arrimadas, aquellos que en la última semana, debido a los sucesos ocurridos en distintas cabalgatas sodomitas y hermafroditas, han llamado fascistas a los antifascistas que también les llaman fascistas a ellos y han intentado echarles de los aquelarres LGTBI.
Vamos a ver señores Rivera y Arrimadas, los fascistas no van a estos actos ni a insultarles ni a aplaudirles. Los que les insultan son tan demócratas y defensores del sistema como ustedes mismos. Eso sí, los fascistas se tronchan de risa con estas cositas que les pasan a ustedes por ir a esos saraos a mendigar votos y a recibir la bendición de los degenerados.