En un día como hoy, donde a todo el mundo parecen obligarle a recordar donde estaba o qué hacía mientras estallaban los trenes que causaron 192 muertos en Madrid, en un atentado masivo del que se desconocen sus verdaderos autores intelectuales, ni las cloacas del estado español … y de otros, que participaron en el mismo, algunos falangistas vamos a recordarles donde estuvimos aquellas trágicas horas.
Pues bien, estábamos detenidos en una comisaría de policía de Madrid, concretamente en la de Pozuelo de Alarcón, porque cuando nos encontrábamos pegando carteles de La Falange para las elecciones generales, que se iban a celebrar cuatro días más tarde, pudimos observar como un grupo de marroquíes, que habitualmente se encontraban merodeando junto a la estación de tren de dicha localidad, se dedicaba a arrancar los carteles de La Falange (FE). Como es lógico, la reacción de los nuestros no se hizo esperar, y al final, la policía mercenaria de José Mª Aznar, prefirió detener a los nuestros, antes que a toda esta basura que de forma irregular se encontraban en España, mientras quizás, alguno de ellos, tuviera que madrugar para hacer saltar por los aires los trenes en El Pozo, en Santa Eugenia o en la mismísima estación de Atocha. Todavía recordamos la cara de algunos de los policías que nos custodiaban mientras estábamos entre rejas, y relataban lo sucedido, no dando crédito a que nosotros estuviéramos en esa situación, y los «moritos», que además habían cometido un delito al retirar propaganda electoral de un partido legal que concurría a la pantomima de las elecciones, se encontraban libres y celebrando lo sucedido a nuestros compatriotas en los trenes de cercanías.
Tras un juicio rápido, alguno de nuestros militantes más comprometidos fue condenado, suponemos que para regocijo de ese gobierno cobarde del PP que no se enteró absolutamente de nada de lo que pasó aquel día, pero que estaba muy contento de haber detenido a peligrosos «fascistas», mientras se ejecutaban los atentados más letales de la historia de Europa… y en suelo español. Ese es nuestro recuerdo del 11-M del 2004.
¡Ni olvido, ni perdón!