Como en toda la Vega del Segura, Callosa celebra con devoción la festividad cristiana y popular de las Cruces de mayo.
Pero este precioso homenaje floral se ha convertido en una nueva ofensa hacia nuestra Fe.
Este 4 de mayo, como ocurriera hace casi 2000 años en Jerusalén, han vuelto a crucificar a Jesucristo. El Poncio Pilato de turno -el alcalde socialista Fran Maciá- ha ordenado su ejecución; Los soldados romanos -vestidos de policías locales y operarios municipales- lo han ejecutado; La jerarquía religiosa ni está ni se la espera… Y los feligreses protestando, llorando y rezando impotentes viendo el crimen.
La cristianofobia gobierna ese castillo de maldad que es hoy ese consistorio. Y cuenta con una cuadrilla de funcionarios que han preferido conservar sus nóminas a la dignidad de oponerse a una nueva crucifixión del hijo de Dios. Sus conciencias quizás crean con más devoción que nosotros en la infinita misericordia divina.
Persecución religiosa en Callosa.
La enfermiza persecución del repugnante alcalde de Callosa de Segura, que incluso manda a la policía local a que desalojen la plaza de vecinos que se congregan a rezar y poner flores. ¡Debemos acabar ya con semejante mamarracho al que sólo mueve el odio más extremo!
Publicada por José Antonio. El hombre que todos convirtieron en mito en Domingo, 6 de mayo de 2018