Andaba muy equivocada la Generalidad si pensaba que por prohibir nuestro acto nos íbamos a quedar en casa y no se iba a oír nuestra voz en las calles de Barcelona.
Si ya estuvimos la víspera, el mismo domingo no podía ser menos y lo que empezó como una espontánea protesta patriota en los alrededores de Plaza Cataluña, acabó convirtiéndose en la marcha por España más larga realizada en Barcelona.
Las noticias de la mañana demostraban la gravedad del ataque secesionista y la falta de voluntad del gobierno del miserable Partido Popular para defender España de traidores. En un día tan triste como este, los patriotas no podíamos permanecer como meros espectadores y cada vez éramos más los concentrados.
Marchamos por las principales calles de la ciudad hasta el monumento a Colón.
Pero no fue suficiente y decidimos volver a Plaza Cataluña realizando el mismo recorrido en sentido contrario. En la plaza, tomada por las televisiones, estaba preparado un escenario y una pantalla gigante por una de esas asociaciones separatistas subvencionada vergonzosamente para «celebrar» la jornada.
Por supuesto que no perdimos la oportunidad de subirnos al escenario para demostrar al mundo entero, pese al silencio informativo de TV3 que ponía sólo imágenes de furgones policiales, que los separatistas son sólo una parte de los catalanes. Una parte a la que hay que combatir. Si ni el Estado ni el Gobierno lo quieren hacer, otros si estamos dispuestos a hacerlo. Faltaría más.
Las verdades ni se votan ni se negocian, se defienden.
¡Defendamos España!