Los falangistas llevamos pidiendo desde la misma incorporación de ESPAÑA a la Unión Europea, que se renegociaran los acuerdos que llevaron a que nuestra Nación perdiera gran parte de su tejido industrial, de su agricultura, de su ganadería y de su pesca y por considerarlos nefasto para nuestra economía y para nuestra independencia, y que en caso de no producirse esta nueva negociación abandonáramos de forma inmediata este «club de mercaderes» en el que nos metieron de manera forzada y a «cualquier precio».

Parece ser que los que veían en nuestra actitud una muestra de inmovilismo y de falta de «europeismo» ahora han podido comprobar con la salida del Reino Unido de la U.E. que nuestra opinión es compartida por millones de ciudadanos de países europeos que están hartos de las políticas bastardas, mercantilistas y de buenismo estúpido, propiciadas por el Parlamento Europeo en contra de la independencia de nuestras naciones y de las tradiciones y cultura que hicieron grande a Europa en el pasado.

Nos convirtieron en el país de la subvención, de la «mordida» y en el gran geriátrico de Europa, perdiendo aquella posición privilegiada que llegamos a tener de octava potencia industrial del mundo, para, a cambio, constituirnos en uno de los grandes «mamporreros» de Europa.

Y si encima con ello conseguimos «apretar» las tuercas a los «llanitos» gibraltareños, mejor que mejor. Si tienen que pasar a España, que lo hagan nadando o que desvíen sus corruptos negocios hacia la «city».