Empezamos a estar hartos, de que los españoles tengamos siempre que cumplir con la más estricta legalidad y los separatistas, terroristas y demás ralea enemiga de España, puedan saltársela a la torera siempre que les convenga en gana. No puede ser que tras cometer un Golpe de Estado en toda regla, saltándose no sólo la ley española y su Constitución, sino el estatuto que votaron en el parlamento catalán y el reglamento propio de votación y participación, pretendan extender un falso victimismo con la connivencia de algunos medios de comunicación que desde luego y por lo que hemos podido ver, se encuentran bastante alejados de la opinión pública.
La participación ayer en el Hormiguero del inefable Jordi Évole mostrándose exaltado y compungido por la detención y puesta en prisión de los máximos responsables de la ruptura social en Cataluña, de que familias y amigos no se hablen, de que se señale al que piense diferente y se asalte a policía y Guardia Civil, es de un asco absoluto. Pero no solo eso, algunos que estamos condenados por el caso Blanquerna, tenemos incluso que soportar, el que comparen nuestra protesta en la que no agredimos a nadie como se puede ver en los vídeos que están disponibles, con todo un Golpe de Estado lamentable. Podía haberlo comparado con multitud de delincuentes que están en la calle por casos de corrupción, violación, etc. ¡Pero no! ¡Lo importante es que unos “fascistas” no estén todavía en la cárcel y los golpistas sí! Es de tal calibre la sinvergonzonería de ciertos periodistas y medios de comunicación, que uno se pregunta cómo han podido llegar tan lejos en sus carreras. Un desgraciado como Jordi Évole, que no tiene reparos en entrevistarse con risitas y miradas de colegueo con Otegi, un proetarra y máximo representante político de la formación terrorista que causó 54 muertos en Cataluña y que era militante de la banda en el atentado de Hipercor, no puede ni debe exigir la encarcelación de unos patriotas españoles por el hecho de ejercer una protesta que estaba más que justificada a tenor de lo que está pasando ahora en tierras catalanas.
De todas formas y a pesar de la gran prolongación que tiene en sus declaraciones estos pseudoperiodistas, las redes sociales les han contestado con contundencia ante la desproporción de sus manifestaciones. Creen como muchos endiosados del periodismo, que su voz es ley y representan a alguien hasta que millones de banderas de España por todos los confines de la Patria, más la soledad que tienen en Europa y resto del mundo tanto de los medios de comunicación como de Estados, donde sólo tienen un apoyo incontestable del gobierno de Venezuela que como todos sabemos es un garante de la comunidad internacional, les devuelven a la realidad más absoluta.
Estamos ante el marxismo cultural de siempre, el marxismo cultural de nuestra historia más reciente que nunca ha aceptado la legalidad vigente ni la convivencia pacífica entre españoles. Ese mismo marxismo que no puede ver una España unida y fraterna en pro de una empresa mayor y que se manifiesta violenta y cínica cuando no se aceptan sus preceptos. Ante esto, siempre estaremos un puñado de españoles dispuestos incluso a ser encarcelados incluso injustamente, si con ello puede mantenerse viva la llama frente a nuestros enemigos.
Sergio Reguilón
Secretario Nacional de Comunicación e Imagen.