Nuevo espectáculo de lucha sin cuartel y de ejercicio de «casta» política a la vieja usanza, el demostrado hoy en Madrid por el ex-número dos de la coalición marxista «Podemos», que se ha resistido a ser el mamporrero del «macho alfa» de la organización, el duque de Galapagar.
En cuanto han tocado poder y ven que alguno de ellos pueden perder la «poltrona», se arriman al sol que más calienta. En este caso, de la izquierda o extrema izquierda madrileña, representada por Manuela Carmena y su cuadrilla, que han dejado Madrid patas arriba, convirtiendo la capital en un experimento de la capacidad que tienen de despedazar y destrozar.
Como también son capaces de hacerse pedazos entre ellos, como ya hizo Stalin con Trosky y algunos «milloncejos» más de los que pretendían hacer sombra al comunismo desde diferentes posiciones de la izquierda o del anarquismo. No sería la primera vez que en España acaban a «tiros» y no es una simple metáfora.