Historia de la Falange Española en Extremadura. Volumen II

El trabajo de José Luis Jerez confirma como características que se deducen de la historia de la Falange extremeña el predominio de las edades más jóvenes entre sus miembros; el haber tenido la capacidad de agrupar a los sectores más modestos (artesanado y labradores) no vinculados a las organizaciones izquierdistas y la rá­pida extensión de esta organización a lo largo de apenas tres años y en medio de circunstancias muy difíciles debido a los ataques procedentes del socialismo, a la incomprensión de las fuerzas dere­chistas y a la propia división de sus miembros entre los seguidores de Luna, Ezquer y Carrasco.

En todas esas notas, que habrían ofrecido tantas posibilidades en caso de una evolución normal, se hace patente también la debilidad estructural de la naciente Falange y encontramos también elemen­tos que hacen más comprensible la evolución que se iba a seguir a raíz de la Guerra Civil. En última instancia, el factor decisivo iba a ser el comienzo de un conflicto que supuso la muerte de un im­portante número de militantes en los frentes y en la retaguardia frentepopulista al mismo tiempo que una incorporación masiva de nuevos elementos y la disolución de la organización falangista en el conglomerado nacido del Decreto de Unificación.

Por la calidad y abundancia de las fuentes utilizadas, la inmensa mayoría de ellas de carácter documental e inéditas hasta ahora, así como por el rigor en el tratamiento de las diversas cuestiones de la época (cambios políticos, reformas, laicismo, revolución, violencia y represión…), nos encontramos ante un libro que supera con creces los planteamientos y las expectativas de una historiografía de ámbito meramente local. Además, nos atrevemos a pronosticar que el libro de José Luis Jerez Riesco que el lector tiene en sus manos está destinado a servir de referencia a la hora de elaborar nuevos trabajos que profundicen en una línea de investigación renovadora de la historiografía sobre la España contemporánea de la que tan granados frutos ya vamos disponiendo.

Ángel David Martín Rubio