Un grupo de hombres y mujeres, Falangistas, caminan en la noche, una noche de noviembre, bajo las estrellas.

Saliendo de la ciudad, donde la gente pasea, compra, habla, entra y sale. Cada uno a lo suyo. Poco saben y a pocos les interesa que ese grupo de Falangistas emprendan un Camino que durará toda la noche para llegar temprano a la puerta del Valle de Los Caídos, donde, aún y de momento, se encuentra la tumba de nuestro Fundador.

Aquel hombre que hace 81 años dio su vida joven por su amor a España, a la Justicia y Libertad verdadera de sus compatriotas.

El camino es largo, a veces duro y cansado, pero los camaradas, unidos en silencio por la emoción de entregarse en cuerpo y alma para honrar con su caminar firme, con el ondear de nuestras Banderas y Guiones a nuestros Caídos.

Una vez que ya la Marcha camina fuera de la ciudad, lejos ya de los ruidos, de las luces, del ir y venir de la gente, los pasos retumban en la noche, marciales. Sólo la voz de los jefes de relevos se oyen dirigiendo la Marcha.

Los corazones laten con alegría porque los camaradas saben que participan en un acto extraordinario, para muchos una locura, ¡bendita locura!. Y es que en estos tiempos tan poco «espirituales» tan burdos y zafios, que un sentimiento de amor a nuestra Patria, se eleve hasta los luceros desde los corazones de unos hombres caminando…es algo demasiado incomprensible para la «mayoría».

Poco importa, «Nuestro sitio está al aire libre, bajo la noche clara, arma al brazo, y en lo alto, las estrellas, Que sigan los demás con sus festines. Nosotros fuera, en vigilancia tensa, fervorosa y segura, ya presentimos el amanecer en la alegría de nuestras entrañas”.

Sin duda volverá a amanecer, y no solo después de este camino de amor y lucha, volverá a amanecer para nuestra Patria, y será un despertar de los mejores valores de España, de su orgullo y dignidad. Y esa mayoría torpe y adormilada comprenderá porqué un grupo de Falangistas caminan en silencio bajo el cielo estrellado con el corazón lleno de emoción. «Quien lo probó lo sabe».

¡¡JOSE ANTONIO PRIMO DE RIVERA
PRESENTE¡¡