La Falange participó del espontáneo homenaje que Madrid quiso rendir al camarada Víctor Laínez, asesinado brutalmente en Zaragoza por un turba de izquierdosos. Su delito: lucir en unos tirantes la bandera de España.

El monumento a Blas de Lezo en la plaza de Colón sirvió de lugar de encuentro de todos aquellos madrileños que continúan estremecidos no sólo por la barbarie y cobardía de los que odian España, sino también con los silencios y/o complicidades del Gobierno, de la casa Real, de los medios y de los partidos políticos que se sientan en el Congreso.

Banderas de España, velas y, como no podía ser de otra manera, las cinco rosas con la que los falangistas homenajeamos con sencillez pero con toda nuestra alma a nuestros caídos.

Nuestro jefe Nacional, no dudó en tomar la palabra de forma clara y contundente como merecía el homenaje a nuestro camarada Víctor Laínez para terminar con un padre nuestro por su alma y un fuerte ¡¡¡PRESENTE!!! que hoy seguimos gritando todos los falangistas.