Buenos días camaradas:

Un año más, y ya son OCHENTA Y CUATRO, los falangistas recordamos a quien fuera uno de nuestros FUNDADORES, A ONÉSIMO REDONDO ORTEGA.

ONÉSIMO REDONDO, el Caudillo de Castilla, murió acribillado a balazos un 24 de julio de 1936, cuando se dirigía desde Valladolid hacia el Alto de los Leones, donde los falangistas combatían a sangre y fuego contra los milicianos del Frente Popular que intentaban impedirles el llegar a Madrid.

Y ONÉSIMO REDONDO cayó aquí, en este pueblo de Labajos, al cerrarle el paso un grupo de anarquistas de la columna Mangada, entre los que se encontraban varios miembros de la Casa del Pueblo. Junto a ONÉSIMO REDONDO, murió el camarada AGUSTÍN SASTRE, campesino de Mojados, y en aquel momento escolta de nuestro Jefe de Valladolid.

No sabemos si fue un encuentro fortuito o si estos socialistas de la Casa del Pueblo de Labajos estaban informando a los anarquistas de que el Jefe Falangista había pasado por aquí el día anterior.

Lo cierto es que los anarquistas desaparecieron antes de que llegaran los refuerzos de Valladolid, y se detuvo a cinco vecinos de este pueblo, que después de un juicio, fueron fusilados y enterrados en Valladolid. No seremos nosotros quienes nos opongamos a que sus familiares, como se está haciendo, los entierren donde les plazca o donde les venga en gana. Por lo menos tuvieron un juicio que les llevó ante un pelotón de fusilamiento. No fueron secuestrados, torturados y asesinados, como generalmente hacían los miembros de las checas socialistas, comunistas o anarquistas.

Porque mientras derriban el monumento a ONÉSIMO REDONDO en Valladolid, esta basura, presuntamente democrática, levanta un muro con el nombre de cientos de asesinos y criminales, a los que llaman “luchadores por la libertad”. Unos presuntos “represaliados” que se dedicaron desde el mismo 14 de abril de 1931, a la quema de conventos y de iglesias, al asesinato de curas, monjas, militares, falangistas, lectores de periódicos, al que iba a misa, o se ponía una corbata, y en general, a todo aquel que no comulgara con el Frente Popular.

Un Frente Popular que instauró el asesinato, el golpe de estado, la checa y el crimen organizado, como medio habitual de hacer política y de eliminar a aquella media España que parecía estorbarles. Habría que recordar que en las primeras elecciones republicanas solo votaron los hombres y que la Constitución de la II República fue aprobada por las Cortes sin que se produjera Referéndum alguno. Durante los escasos cinco años que duró la II República se produjeron 21 estados de excepción, 23 estados de alarma y 18 estados de guerra.

Miles miles los muertos ocasionados por atentados, tiroteos o insurrecciones armadas como la del año 34 en Asturias o en Cataluña, donde hubo que mandar al Ejército para acabar con los golpistas catalanes y contra los revolucionarios del PSOE y de la UGT. Y precisamente para esconder su participación criminal y asesina, toda esta canalla del PSOE, del PCE, de ERC o del PNV, aprobaron en ese estercolero llamado Parlamento español, esa Ley llamada de Memoria Histórica, que tiene como único objetivo el intentar ganar una guerra que provocaron y que perdieron.

Una guerra a la que nos llevaron esos asesinos que tienen nombre y apellidos como el de Santiago Carrillo, el de Largo Caballero, el de Indalecio Prieto o el de La Pasionaria. Los mismos a los que ahora se les levantan placas y monumentos, y que mientras lanzaban a sus militantes al robo, al secuestro, a la tortura y finalmente al asesinato, huyeron de España con el botín conseguido, para vivir a costa de los regímenes comunistas que durante décadas han oprimido y asesinado a millones de ciudadanos en todo el mundo.

No seré yo quien diga que ONÉSIMO REDONDO fue asesinado aquí en esta localidad segoviana de Labajos. Murió combatiendo, como tantos otros, cuando se dirigía a ponerse al frente de los valientes falangistas castellanos que plantaron cara desde el mismo 18 de julio a las tropas mandadas desde Madrid por el gobierno criminal del Frente Popular.

Porque si de algo estamos muy orgullosos los falangistas, es de haber encuadrado militarmente a casi un cuarto de millón de hombres en las Banderas de La Falange. Unos combatientes que en muchos casos ocuparon los puestos de mayor riesgo y de peligro, y muchos de los cuales entregaron su vida sin pedir nada a cambio durante aquellos cruentos y largos años de la Guerra Civil y luego en la División Azul.

Otra cosa bien distinta, es el papel que La Falange tuviera a partir del Decreto de Unificación, y su pérdida de relevancia en el Régimen franquista, hasta quedar relegada a una mera comparsa coreográfica, como ya anunciara JOSÉ ANTONIO. Eso es innegable y miente el que diga lo contrario.

Estos nuevos talibanes que han llegado a La Moncloa con el apoyo de golpistas, separatistas, terroristas y comunistas, valga la redundancia, pretenden mentir sobre lo que de verdad sucedió en aquellos años de la II República, quizás para esconder su historia y el rastro que han ido dejando allí por donde han pasado y que no es otro que un rastro de sangre y de miseria. En eso es especialista la izquierda, en acabar de forma sistemática con la parte de la población que se le opone y en igualar a todos en la ruina y en la pobreza.

Por eso todos estos que hasta hace poco hablaban de reconciliación y de concordia entre los españoles, desde aquel nefasto periodo de la historia de España, llamado Transición, ahora quieren acabar con cualquier vestigio de aquello: De la Monarquía, del Parlamento, de la Justicia, y de todo lo que se les ponga por delante.

Y sabéis ¿por qué? Pues porque son los mismos que a través del genocidio quisieron acabar con media España.

Los que manipularon y falsearon las actas electorales como ahora se ha comprobado en las Elecciones de febrero del 36. Los que instalaron el terror, amenazando de muerte a diputados en el mismísimo Parlamento, amenazas que luego se cumplieron.

Hay que recordar a todos estos demócratas de pacotilla que quieren darnos lecciones de libertad, que sus colegas asesinaron a exministros, a diputados, a alcaldes, a concejales, y a miembros de la mesa del parlamento republicano. Que secuestraron al jefe de la oposición, a José Calvo Sotelo, en un vehículo policial de la Guardia de Asalto, al mando de un capitán de la Guardia Civil, y le pegaron cuatro tiros los miembros de la escolta socialista de Indalecio Prieto que iban en el coche.

Porque no os creáis que es nueva la actuación servil y mercenaria de esta policía ni de esta guardia civil protegiendo el casoplón del vicepresidente comunista del gobierno, multando, amenazando y deteniendo a todo el que pasa por allí. O profanando con armas y uniformes un lugar sagrado como el Valle de los Caídos donde se ha llegado a dar misa y a prohibirla a “punta de pistola”. Lejos de estar al servicio del pueblo español, están al dictado del ministro maricón del interior, que los ha convertido en fuerza mercenaria de los que quieren acabar con España, su Historia y sus Tradiciones, mientras sueltan a los criminales de Eta con decenas de años de cárcel, y a los golpistas del proceso secesionista que siguen en golpe de estado permanente ante la cobardía general.

Y parecen encontrarse muy a gusto con este gobierno socialcomunista que les ordena “monitorizar” a la población que se la ocurra discrepar y criticar al gobierno en redes sociales o en las calles. Ya sabéis: Monitorizar es perseguir, detener y encarcelar de manera ilegal, a todo aquel opositor al gobierno frentepopulista, que es lo que realmente quiso decir ese general de la guardia civil al que han premiado por su represión hacia el disidente.

De azul, de verde o de caqui, se negaron a saludar, como era su obligación, al que fuera capitán general de los Ejércitos, al general Franco, cuando fue profanado su cadáver, pero eso si, están encantados de saludar al paso del cuerpo de un comunista como Julio Anguita o de un golpista separatista como Torra o Puigdemont.

Y en ese festín de lo absurdo y del mundo al revés, aparece la actitud cobarde y traidora de la derecha corrupta y liberal del PP.

Un PP al que pertenece esta analfabeta que ejerce de alcaldesa de este pueblo de Labajos, y que la ha dado igual presentarse por el PSOE que por el PP. Total son el mismo perro con distinto collar. Parece ser que su único afán no es el de ayudar a sus vecinos, sino el ocupar una poltrona a cualquier precio y con cualquier sigla, y que el pasado mes de Febrero, quitó del monumento a ONÉSIMO REDONDO, lo que la muy inculta llama “Escudos de La Falange”, y que no eran otros que el yugo a un lado del monumento y las flechas al otro lado, símbolos, ESCUCHA IMBÉCIL Y ANALFABETA, SIMBOLOS de los Reyes Católicos. De aquellos Reyes Católicos que conformaron la Unidad Nacional de España con la que ahora quieren acabar socialistas, comunistas y separatistas de todo pelaje y condición.

Porque los gobiernos de España se negocian y se votan en las cárceles catalanas, en los refugios de los huidos golpistas en Bruselas o en los paraísos donde se encuentran los jefes de Eta que ya no necesitan matar, porque mandan en decenas de ayuntamientos, en diputaciones, en gobiernos autonómicos y cómo no, deciden con sus votos manchados de sangre, a quien ponen y a quien quitan de La Moncloa.

Y con este panorama, esta alcaldesa y muchos más como ella, no solo socialistas o comunistas, sino también traidorzuelos del PP como ella misma, y ejerciendo de talibanes a lo afgano o iraquí, se dedican a la demolición de Monumentos como el de ONÉSIMO REDONDO, incumpliendo sus propias leyes.

Porque si ONÉSIMO REDONDO fue algo, es VICTIMA DE LA GUERRA CIVIL. El no pudo promover ningún levantamiento, porque como la mayoría de los dirigentes FALANGISTAS, se encontraba encarcelado desde hacia meses y de forma ilegal en la cárcel de Ávila, y fue liberado para morir aquí mismo, pocos días después. Por eso los FALANGISTAS convocaremos cuantos actos de homenaje creamos oportuno, para defender la memoria de los nuestros que entregaron lo mejor que tenían, su propia vida, en busca de la justicia social por la que tanto luchara entre otros ONÉSIMO REDONDO.

Habría que recordar a todos estos miembros de los sindicatos chaperos, corruptos y apesebrados del sistema, que ONÉSIMO REDONDO fundó el primer SINDICATO REMOLACHERO para mejorar las condiciones de los más humildes, de los agricultores que llevaban siglos de pobreza, ruina, miseria y analfabetismo, sobre todo aquí en Castilla.

Ya que está tan preocupada esta alcaldesa por limpiar pintadas en defensa de ONÉSIMO REDONDO, podía hacer lo mismo con las que de forma sistemática ensucian el MONUMENTO que se encuentra junto a la antigua N-VI, y cuyos autores, ratas de alcantarilla que se esconden en la noche y en la impunidad que les da el saber que sus jefes ya están en La Moncloa, para lo que cuentan con la cobertura que les dan uniformes, comisarias y cuartelillos.

Eso si, todos estos “antisistema” lo primero que hacen es coger el teléfono para llamar y llorar al “uniformado” de turno, como hicieron el pasado mes de febrero aquí mismo estos amigos de la checa y del tiro en la nuca, buscando quizás un muerto, que si se produce, no dudéis intentarán echarnos en cara.

Y por eso intentan hacerse con el control total y absoluto de jueces, fiscales, abogados, aparato represivo del estado (policía y guardia civil) y FF.AA. Unas FF.AA. convertidas en una ONG que según dice prefieren morir a matar, que ha convertido a militares en bomberos, y que ha despreciado a sus héroes, los que les dieron prestigio y ejemplo en el pasado, como YAGUE, MILLAN ASTRAY, MUÑOZ GRANDES o FRANCO.

No han sabido mantener el prestigio de lo que en otros tiempos fuera un verdadero Ejército y por eso han tapado, escondido y amparado a su máximo cabecilla, al Jefe de la Banda, primero a JUAN CARLOS y después a FELIPE, ambos DE BORBÓN, verdaderos monigotes de uniforme de una “TROPA” que ni está, ni se la espera, y que hace tiempo cambiaron el lema de TODO POR LA PATRIA  por el TODO POR LA PASTA.

A la Monarquía que la defiendan los que han vivido y muy bien de ella, generalmente corruptos, comisionistas y mujeriegos, que nosotros ya sabremos enfrentarnos con todas las armas a nuestro alcance, como ya hicimos en el pasado, a los que quieran instalar en ESPAÑA una república popular y comunista en lugar de la REPUBLICA NACIONAL Y SINDICALISTA por la que combatieron, murieron y por supuesto, mataron, nuestros CAMARADAS, y al frente de ellos, el CAUDILLO DE CASTILLA, ONÉSIMO REDONDO.

 

ONÉSIMO REDONDO ¡¡PRESENTE!!

¡¡ARRIBA ESPAÑA!!

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