Nada pasa por casualidad, y una vez más el tiempo nos vuelve a dar la razón.
La llegada del Aquarius contó con todo el apoyo político y mediático para ganar -engañar- a la opinión pública bajo un manto de caridad y buenismo.
Frente a todo y a casi todos, alzábamos la voz para descubrir lo que escondía detrás esta decisión, los oscuros intereses que perseguía y los poderosos personajes que estaban detrás.
Poco caso nos quisieron hacer muchos, que si somos racistas, conspiranoicos,…. Y así hubiera acabado un nuevo intento de dar luz a la verdad si no se hubiese destapado que este miércoles pasado tuvo lugar una reunión secreta entre el mayor especulador del mundo -George Soros- y Pedro Sánchez.
Y sólo dos días después, llegó el acuerdo de Merkel con los gobiernos de España y Grecia para que aceptemos la devolución de aquellos inmigrantes a los que los germanos denieguen la solicitud de asilo.
Si nuestras sociedades no estuvieran tan enfermas cualquier persona con un mínimo de espíritu crítico y algo de humanidad tendría que despertar al observar todos los dramáticos acontecimientos que se están produciendo desde esa llegada al puerto de Valencia.
La temeraria decisión de Pedro Sánchez ha producido el esperado «efecto llamada»: Está llenando de muertos tanto el estrecho como las costas de Libia, al mismo tiempo que las mafias que trafican con personas llenan sus bolsillos. Nuestras costas andaluzas están desbordadas por la llegada continua de embarcaciones y los CIES tienen que abrir sus puertas por falta de capacidad.
Esta es la cadena de hechos que ha traído a muy corto plazo la decisión de abrir nuestras fronteras para acoger a los más de 600 ilegales del Aquarius. Y ya tenemos un nuevo barco -el Open Arms– camino de Barcelona. Era evidente que ese precedente sería aprovechado por todas esas supuestas ONGs que, financiadas por especuladores y esclavistas como Soros, se dedican a traficar con la miseria.
Podemos seguir cerrando nuestros ojos, tapándonos los oídos y creernos muy caritativos y solidarios. O podemos enfrentarnos a todo este sistema dirigido por las finanzas para evitar esta nueva esclavitud y el asesinato de Europa.
Europa se encuentra ante un decisivo desafío para su propia supervivencia. Si seguimos en manos del mundialismo y esclavos del Capital, la identidad de Europa, nuestra Fe, nuestras Patrias y nuestros valores de Justicia, Libertad y Solidaridad quedarán como bonitas palabras sin contenido para, más adelante, pasar a ser un vestigio histórico. Y seguiremos siendo cómplices de llenar de muertos el Mediterráneo, de traficar con esclavos y de todos y cada uno de los abusos, delitos, violaciones, asesinatos y actos terroristas de quiénes vienen a Europa sin respetarla.