Según se puede confirmar por la Policía de Colonia, los asaltos que sufrieron cientos de mujeres en la Estación de Colonia y en hasta 20 ciudades de Alemania, han sido cometidos en su mayoría por refugiados sirios, afganos e irakíes que entraron en la última oleada que entró vía Hungría hace unos meses. La mayoría estaban en posesión de su visado de refugiado o en vías administrativas para su trámitación. Tanto es así que algunos de los detenidos exclamaban a la Policía cosas como «Soy sirio, me tenéis que tratar bien. La señora Merkel me ha invitado» ó “No podéis hacerme nada, mañana consigo otro».

Mientras el Ayuntamiento de Madrid (con su famoso cartel en la fachada) y otras ciudades de Europa entonaban el famoso “Refugiados Bienvenidos”, una masa de inmigrantes de origen islámico disfrazados de refugiados y procedentes de Siria, Irán, Irak y Afganistán, contrarios a todos los valores que defendemos los europeos, se fue infiltrando con la connivencia de todo ese marxismo cultural tan contrario a las mejores tradiciones europeas, en parte del corazón de Europa provocando atentados con muertos en París y cometiendo abusos sexuales en masa en Nochevieja en diferentes ciudades ya no sólo de Alemania, sino también en Finlandia y Suiza.

La irresponsabilidad del marxismo cultural y también de los gobiernos liberales, que están más que interesados en estos flujos migratorios para obtener mano de obra barata en sus estados, ha permitido que Europa viva desde hace unos meses en situación de emergencia y contínua alerta. España está además sobre aviso según las últimas informaciones y no sería raro que en algún momento al igual que hace ya casi 12 años, nos encontráramos con algún atentado parecido a los más recientes. Si sucediera, que nadie tenga la menor duda que los falangistas sabremos señalar directamente a los responsables de estas atrocidades refiriéndonos a los autores materiales por supuesto, pero sobre todo a los responsables de su llegada.

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