Pablo Reinoso es estudiante de Derecho, Filosofía, Relaciones Internacionales y Gobierno de Instituciones y Jefe Nacional del SEU.

  1. ¿Qué objetivos tenéis a corto plazo o medio plazo en el ámbito universitario?

El SEU es una organización de ámbito nacional, y sus objetivos son acordes a la realidad política de cada momento, a diferencia de la mayoría de asociaciones universitarias que son sólo un club o local sin más miras que los muros de su Facultad.

Nosotros no creemos que la transformación universitaria, la rebelión de los estudiantes, pueda hacerse sin un cambio paralelo en el resto de la sociedad, y esto determina en gran medida nuestros objetivos.

Por ello, aparte de los objetivos para la Universidad, que expondré a continuación, me gustaría mencionar que los militantes del Sindicato Español Universitario son españoles de hechos y palabras no sólo dentro de la Universidad, sino fuera de ella también, y que forman parte de esa gran revolución pendiente que es la Falange.

En cuanto a la Universidad, nuestra táctica parte de una observación que nos parece muy importante: la estrategia seguida en los últimos años por otras asociaciones “estudiantiles” patriotas, ha sido completamente estéril. Ésta se centraba en aparecer por la universidad de cuando en cuando, armando revuelo, poner alguna pancarta y dar panfletos, y hasta el año que viene. Tenía dos motivos principales: que la mayoría de ellos precisamente no eran universitarios, y que su imagen no estaba para nada normalizada (eran “esos locos que aparecen por aquí cada unos meses”).

Es lo que en política municipal equivaldría a ir una noche a pintar un pueblo entero: los resultados se quedan en las fotos, que pueden quedar muy bonitas, pero no sirven de nada. La experiencia nos dice que quien aspire a tener representación en un pueblo tiene que tener presencia en él y dejarse ver de forma constante y cercana.

Y como la Facultad no deja de ser una comunidad, en el SEU seguimos una estrategia totalmente distinta a la de otros: nosotros reclamamos nuestro puesto (pronto preeminente) dentro de la Universidad, como parte total y legítima de ella. Creemos en la necesidad de crear un tejido social permanente y visible, a través de asociaciones, campañas, elecciones… Todo aquello que ha demostrado la táctica universitaria que da resultados.

A medio y corto plazo, perseguimos tres objetivos principalmente: establecernos en las principales universidades, captación de masa social, y difusión de “contracultura”, es decir, normalizar nuestras ideas.

  1. ¿Cómo son vuestras relaciones actualmente con otros grupos universitarios?

Depende del ámbito. En la política universitaria nos encontramos dos tipos de organizaciones: las de ámbito nacional o autonómico, como pueden ser el Sindicato de Estudiantes o el Colectivo de Estudiantes de Madrid; y las distintas asociaciones que hay en cada facultad.

Los seuistas no tenemos más bandera que la roja y negra, y pactaremos lo estrictamente necesario para conseguir nuestros objetivos, porque cuando se cambia para conquistar el poder, es el poder el que te ha conquistado. Ese principio de independencia nos impide mezclarnos con otras asociaciones, aunque de todas formas, tampoco habría mucho que ver, ya que las organizaciones universitarias con aspiración política son casi exclusivamente de extrema izquierda.

Los del Sindicato de Estudiantes, son los que tienen más capacidad de movilización en huelgas y manifestaciones por el nombre, sin embargo como tal no tienen presencia visible en la Universidad (su propio Presidente, Tohil Delgado, no es universitario), y lo poco que hacen se limita a tapar nuestros carteles o quitar nuestras pancartas con suyas.

Sobre el CEM, que es más de lo mismo (con subvenciones indirectas del Estado) alberga dentro de él grupos que van frontalmente contra nosotros, con los que hemos tenido conflictos y que se jactan de ser quienes persigan nuestra propaganda.

Por otro lado, hay otras que declaran abiertamente su hostilidad, como los anarquistas de Juventudes Libertarias, que todos los años organizan un pasacampus en el que agreden a estudiantes (y las autoridades académicas no hacen nada por evitarlo).

Nos encontramos en la situación, por tanto, de que la mayoría de organizaciones estudiantiles, de extrema izquierda, tras años y años de monopolio de la universidad, no han conseguido nada en favor de los estudiantes, y mientras con una mano nos sacan la porra, con la otra cobran del Estado.

Nuestra estrategia de presencia en la Universidad está consiguiendo resultados gracias a estos ultraizquierdistas que tiran piedras sobre su propio tejado. Por el contrario, la otra, la de aparecer por la universidad a jalear, conseguía precisamente el efecto de legitimarlos y acrecentar sus filas.

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  1. Parece ser que últimamente hay más movimiento falangista en la universidad. ¿Es posible que tengamos por fin una alternativa seria a los sindicatos marxistas y antiespañoles que pululan por la universidad?

Sí. Se han reunido una serie de circunstancias que han permitido disponer de la estructura y la iniciativa como para empezar a tener una verdadera presencia considerable en la Universidad.

Aunque el SEU pasó unos años turbulentos que dejaron un cierto vacío en el relevo generacional, es lógico que una vez sentadas las bases necesarias tengamos el crecimiento que estamos viendo, ya que ofrecemos la alternativa que muchos están esperando encontrar. Hacer llegar nuestro mensaje hasta ellos es la tarea difícil, pero allí donde llegamos conseguimos cerrar filas.

Sin embargo, tanto desde el estudiantado de extremaizquierda como desde la autoridad académica se pone todo tipo de trabas a nuestro crecimiento, lo cual, aunque dificulta las cosas, es también un indicador de que vamos por el buen camino y no nos ha impedido continuar con nuestro avance.

A largo plazo, si conseguimos ser una sola voz, la de todos aquellos a los que nos la han quitado, esperamos ser una alternativa que pueda hablar de tú a tú a los grandes mafiosos de la Universidad (como el SE) y ser conocidos como una parte más de la Universidad, no algo ajeno a ella. Nuestros militantes luchan con tesón porque así sea.

  1. ¿Es verdad que los estudiantes patriotas sufren persecución en la universidad?

Depende de qué entendamos por “patriotas”. Como los universitarios son de la sociedad de la que vienen, gran parte de ellos son de derechas y se consideran “patriotas”. Sin embargo, entienden España a lo mezquino y consensuado, y como no creen que merezca la pena luchar por ella, pasan desapercibidos entre los demás.

Sin embargo, para quienes creemos que la Patria es un quehacer revolucionario, para quienes dedicamos todos y cada uno de nuestros días a sacrificarnos por ella, y que merece la pena jugarse la piel, y dar la cara, la reacción es muy distinta. Los magnates rojos de la universidad no quieren consentir que aparezca un grupo de falangistas en la Universidad y que no les va a dejar repartirse el pastel entre ellos, que son la verdadera casta universitaria.

Por tanto, como ha sido siempre, entre la saña de las izquierdas y la pasividad de las derechas, la espada que golpea y la pared inmóvil, los estudiantes patriotas del SEU, que creemos que se ha de hacer presencia en la Universidad, estamos constantemente en tensión ante los ataques y amenazas de la extremaizquierda, que al parecer no le causan ningún desagrado a la autoridad académica.

Como viene siendo desde nuestra fundación, a día de hoy también hemos sufrido ataques, pero, como dijo José Antonio “gracias a Dios no somos mancos”. Que conste: el SEU tomará las medidas necesarias para defenderse de quienes se interpongan en sus objetivos.

Y esta persecución no es sólo por parte de los estudiantes más radicales, sino que, como ya he dicho y repetiré más adelante, la autoridad académica tampoco quiere ver un grupo de falangistas en la universidad, y ponen en práctica los medios disponibles para que sea así.

  1. El SEU tiene mucha historia dentro de la universidad madrileña, ¿podrá algún día alcanzar la gloria de épocas pasadas?

¿Poder?, puede. Depende de la fe que en ello tengamos. Alcanzar la posición de los años 34 y 35, o aquellos de los 90 y primeros 2000, es algo complicado pero no imposible.

Todo consiste en convertir nuestros muros en peldaños: si ahora es más difícil por la dictadura pseudocomunista en la                 Universidad, utilizamos precisamente esa situación injusta para conseguir nuestros objetivos. Siguiendo, la pasividad de estudiantado, que podría ser un problema, se puede aprovechar para un crecimiento y ganar simpatías.

A corto o medio plazo nuestro imperativo es mantenernos, pasar esa línea roja de tres años de presencia en un mismo lugar. Después estará todo listo para dar el salto a aquello que una vez fuimos, con la voluntad y los medios de mejorarlo.

  1. ¿Qué opinión te merece la actual rectoría de la Universidad Complutense?

La misma que toda la política nacional, del primer escaño del Congreso al último asiento de concejal. Ya sea de un lado o de otro, nuestro mensaje incomoda a los de arriba y por ello intentan disolvernos. Antes teníamos calentando el asiento de la rectoría al hijo de Carrillo (el que se encargó del fusilamiento de varios seuistas en los años de guerra), y ahora que tenemos a Andradas, nada ha cambiado.

La elección de los rectores es algo de lo que pasan la mayoría de los estudiantes. Se elija lo que se elija todos los candidatos a rectores eran promotores de las reformas universitarias que están disgregando lo poco que quedaba de Universidad, y están implementando las reformas de Bruselas.

Personalmente, el único trato que he tenido con algún rector fue el año pasado, cuando Andradas, como el pariente político que se intenta hacer el guay en una reunión familiar, se pasó por la cafetería enchaquetado para hacer como que los estudiantes le importamos.

En cuanto a nosotros, en la Complutense la autoridad académica está intentado retrasar o impedir por todos los medios que consigamos la legalización de asociaciones en las facultades. Sin embargo no lo están consiguiendo. Ya en la época de Iturmendi fue cuando nos clausuraron el local de Derecho, después de ganar las elecciones a delegado, por una supuesta “agresión” que nunca se demostró.

Sin embargo, es visible la violencia que imparten todos los días miembros de asociaciones de extrema izquierda con la sonrisa cómplice de vicerrectores y demás encargados.

Yo mismo en mi facultad tengo que ver cómo existe (y pronto se le dará un local) a la asociación antifascista “Jorge Dimitrov” cuyo dirigente está detenido y sus miembros vinculados con la organización terrorista “Reconstrucción Comunista”.

Sin embargo, a los que nos dicen que nos estemos callados “para mantener el orden”, es a nosotros. Ya les dijimos bien claro que si hace falta poner la Universidad patas arriba para acabar con un orden injusto lo haremos, a nosotros la tontería del orden por el orden no nos vale.

  1. ¿No crees que la educación actualmente está demasiado politizada?

Sí pero no. Es decir, nosotros lo que queremos es precisamente politizar el ámbito educativo (convertir la Universidad en una herramienta revolucionaria), pero no la educación, la materia que se imparte en ella.

Por desgracia, la miseria política de España se ha colado también en las aulas: como estudiante de Derecho y Filosofía, veo que se imparten casi catecismos sobre materias políticas, tenemos que suscribir la Constitución, y adorar el sistema liberal en lo económico y en lo político. Si no estás de acuerdo, sólo puedes ser marxista o un progre más light (estos últimos son los que están de moda). Militantes nuestros en la Facultad de Ciencias Políticas (donde nació Podemos) son directamente discriminados por los profesores. Son pocos los que admiten opiniones distintas.

Personalmente, he visto a profesores aceptar comentarios de que mis ideas no tienen cabida en la Universidad, siendo proferidos por marxistas y gente del estilo.

En cuanto a los pocos profesores que tienen nuestro mensaje o uno cercano al nuestro (no olvidemos que por la Complutense han pasado figuras falangistas como José Luis Jerez Riesco o Sigfredo Hillers), los estudiantes de extrema izquierda directamente piden que sean dados de baja, en todo un alarde de tolerancia de la que presumen.

En cuanto a lo que creo que la pregunta se refería, es decir, que el movimiento estudiantil se tenga que identificar con la bandera segundorrepublicana y la de la hoz y el martillo, sí, por desgracia es cierto: parece que para luchar por la educación pública no hay más vía que asociaciones con locales repletos de fotos de Stalin o el Ché, y organizaciones como el SE o el CEM con un mensaje completamente sectario.

Nosotros venimos a ofrecer la alternativa a eso.

  1. Como organización ligada a La Falange, ¿qué puedes decir de los procesos que dentro de nada van a sufrir varios de sus militantes entre ellos, el Jefe Nacional Manuel Andrino?

Como militante de la Falange y estudiante de Derecho, veo que la “Justicia” española deja mucho que desear. El Derecho que otorgó a España su unidad jurídica y que ordenó la sociedad que conquistó medio mundo, es hoy precisamente lo contrario: la herramienta para perseguir a los patriotas, el paraguas para el terrorismo y el camino para la sedición.

He asistido a algunos de los juicios a nuestro Jefe Nacional, y, la verdad, es terrible ver en qué ha acabado convertida mi profesión, con jueces a sueldo de la política para perseguir a quienes tratan de hacer algo para paliar esta situación.

Nosotros ya llevamos mucho tiempo pidiendo la independencia del poder político y el judicial, no es tolerable que los cargos más altos de la Justicia sean elegidos a dedo por el Gobierno y el Parlamento, para que mientras dan alas o promueven directamente la actividad de la extrema izquierda, separatistas y proetarras, nos persigan a nosotros.

Sin ir más lejos, recientemente en mi Facultad se celebró una conferencia de un abogado proetarra del GRAPO, y a pesar de que ni siquiera estaba autorizada, la preocupación de las autoridades fue convocarme a reunión por si era el responsable de que fuese disuelta por un grupo de patriotas.

Esta situación de dobles varas y justicia politizada la hemos sufrido desde siempre, y no cambiará hasta que consigamos nuestro cambio para España.

  1. ¿Qué mensaje dirías a los jóvenes para que pasaran definitivamente a la militancia activa en el SEU?

Conoced todas las alternativas que hay: cuidado con las que venden humo y las que tienen fecha de caducidad. Conócenos a nosotros. Aquí vendrás a desgastarte, pero tendrás la satisfacción del deber cumplido. Ganarás enemistades, pero conocerás hombres y mujeres dignos de estima. Da un cambio a tu vida, y si vales, nunca lo dejarás.

  1. Muchas gracias por tus respuestas y mucha suerte en los tiempos difíciles que vienen.

¡Muchas gracias! Estaremos a la altura de las circunstancias. La bandera sigue alzada.

¡Estudio y acción!